Un punto importante a tratar en el primer contacto con un Coach es preguntarle qué formación específica tiene, en qué Escuela de Coaching ha cursado esa formación para poder ejercer como Coach, y a que asociación pertenece. Todo ello llevará consigo un cumplimiento de normas y códigos éticos que aseguran la calidad del Coach y del proceso que se llevará a cabo.
Las dos asociaciones más importantes en España, ASESCO e ICF, coinciden en los puntos importantes de sus Códigos Éticos.
Por ejemplo en el caso de ASESCO (http://www.asescoaching.org/) los rasgos fundamentales son:
«La Filosofía que anima a la Asociación Española de Coaching en el ejercicio ético de su profesión, se basa en el reconocimiento del cliente como la única persona, que posee el conocimiento completo de su vida en los diferentes ámbitos en que se mueve (laboral, social, familiar, personal), y que, por lo tanto, las mejores respuestas para alcanzar su estado deseado radican en su interior, disponiendo de la capacidad creativa necesaria para encontrarlas.
Partiendo de esta base, la responsabilidad del Coach es:
– Asegurarse de que el cliente descubra, clarifique y priorice los pasos a dar en la búsqueda y consecución de su objetivo.
– Asegurarse que es el cliente quien aporta sus propias soluciones y estrategias, sintiéndose autor y responsable de ellas y de sus consecuencias.
– Asegurarse que, como consecuencia del proceso, el cliente aumenta la satisfacción personal y autoconfianza en la toma de decisiones, más allá, incluso del proceso presente. (…)»
Te invito a que eches también un vistazo al Código Ético de ICF (www.icf-es.com)
Y por supuesto ambas dan especial importancia al asunto de la máxima y escrupulosa CONFIDENCIALIDAD en todo lo relacionado con el cliente y el proceso de Coaching.